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martes, 26 de abril de 2011

Icaro!

    ¨Dédalo, hijo de un pléyade y nieto de titán atlante, era un herrero maravilloso y había recibido sus enseñanzas en este artes  de la propia atenea. Vivió en el Ätica hasta que se trasladó a creta, donde el rey Minos  lo llenó de privilegios , hasta que se enemistó  con él y comenzó a perseguirlo.
No resultaba fácil huir de Cresta  ya que Minos guardaba los navíos bajo vijilancia militar; pero Dédalo, se favrico un par de alas y luego, otro para su hijo Ícaro. Las plumas grandes estaban unidas con hilo y la mas pequeñas con cera.
Después de haberle atado las alas a Ícaro, con lágrimas en los ojos le dijo : ¡Escucha bien, hijo mío ! no subas demaciado alto. No sea que el sol derrita a cera ni vueles demaciado bajo para que  el mar no moje las plumas.
Acto seguido, metieron los brazos en las alas y echaron a volar.
-Sígueme de cerca!-exclamó Dédalo- ¡No marques tu propio rumbo!.
Habían dejado atrás Naxos, Delos  y Paros y a la derecha iban dejando Lebintos y Calimne,cuando Ícaro desobedecio a su padre y comenzó a remontarse hacia el sol regocijado por la sustentación de  sus enormes alas, en un inténto por llegar a él.
   Dedalo volvió  la cabeza y no pudo ver a Ícaro, pero unas plumas esparcidas  flotaban  abajo, sobre las olas.El calor del sol había derritido la cera  y el joven Ícaro había caído al mar y perecido ahogado.
   Dédalo dio vueltas hasta  que el cuerpo subío  a la superficie y lo llevó  a la cercana isla  que hasta hoy se llama Icaria, donde le dio sepultura. Esta isla le ha dado el nombre al mar que la rodea.¨


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